Los días pasados

Le oigo hacer las maletas desde mi habitación. Abre cajones, armarios, saca su vida y la empaqueta. Buscando la forma fácil de escapar, de olvidar los problemas y de acabar con los malos tragos. Cuando uno es escéptico, es más fácil abandonar viendo sólo lo malo. He intentado detenerle con mi única arma, y sigue adelante. A lo mejor debería arrodillarme y decirle que se quede, pero mañana volvería a ser el mismo. Necesita dejar atrás lo que un día quiso como vida, y avanzar como persona cuanto y donde quiera. Prefiere encerrar su pasado y continuar su vida como si nada, a derramar unas cuantas lágrimas y solucionarlo a la vieja usanza.
Ha cerrado la penúltima puerta, y no tiene intención de dejar la que queda abierta. Le oigo suspirar, y me rompe el alma. Y quiero autodestruirme expulsando todo lo que me rompe por dentro, pero no quiero parecerme a él. Aún me queda mucho que luchar, no abandonaré, maleta en mano. 

Pero las cosas a veces son distintas de lo que parecen. Ha vuelto a dejar las cosas en su sitio, aunque la maleta aún está al pie de la cama.
Aún queda esperanza, que es lo último que se pierde.



Quédate con los momentos buenos. Los días de cocina, en los que terminábamos llenos de harina y con el estómago lleno. Los días que salíamos al monte. Los días que aún nos quedan por vivir. Quédate con lo que aún nos queda.

Comentarios

  1. Siempre hay que quedarse con momentos felices, y a ser posible olvidar aquellos que te han hecho sufrir. Así es como se puede avanzar y no quedarse atascada en el pasado.

    Pásate ;)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares