Y es que no nos queda más

Que tiemble todo aquel que asegure que no somos nadie, que tiemble aquel que no confíe en nosotros, porque dentro de la coraza hay un corazón que late por cada segundo, cerca o lejos. Que si, que las paranoias atacan, como perros rabiosos, que no hay manera de frenar los celos, la distancia y todo lo que nos impide vernos las caras, pero eso no hará que nos olvidemos de que siempre será un nosotros. Infinito al cuadrado, y mucho más allá. Porque nadie nunca le querrá como yo le quiero, ni se reirá tanto con sus “patadas”. Que no somos lo que parecemos, no nos engañemos a la hora de juzgar. Que las sonrisas son más verdaderas de lo que parecen, y los ojos brillantes significan un mundo de los nuestros. Basta de palabras, porque los hechos son ciertos, palpables y demostrables.





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