Somníferos para despertar en lo profundo

No tengo inspiración suficiente como para escribir si quiera cosas sin sentido; y eso sólo pasa cuando alguien arrasa mi vida. Y no he dicho destrozar; porque cuando digo destrozar quiero decir terminar, hacer pedazos. Y esta vez no estoy hecha pedazos, si no que ando recomponiéndolos entre café y café, mientras escucho música y sonrío. Y no me gusta la sensación de que las cosas no nos lleven a ningún sitio, que es lo que ocurre, ni más ni menos, pero tengo que soportar un error más. Espero que sea el último; pero tengo que arriesgarme. ¿Qué más puedo perder? Ya dejé atrás la dignidad, retazos de un ser insignificante que se convirtió en mis pesadillas nocturnas y una mancha de cola-cao sobre mis recién estrenados pantalones vaqueros. Así que, no me queda nada más que perder: olvidé en algún lado la única llave que recompone un recuerdo hecho trizas, y el paquete de tabaco que quitaba mi ansia de más. Y aquí sólo quedamos, mis estupideces, el tiempo y yo; y si no, tengo pruebas que lo demuestran.


                                                   Toma la llave de mi vida: entra, cierra la puerta y tírala por la ventana. 



Comentarios

  1. Vale, he leído algunas entradas tuyas y me he sentido identificada en todas. Creo que pasaré por aquí bastante, un beso <3

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