Mi fuego de cada noche.

¿Por qué no soy capaz de matar a tiros las mariposas que me queman el estómago día y noche? Aún no lo he averiguado, pero algún día seré capaz de desprenderme de tu sonrisa, aunque sea a base de tequila, a tus te quiero sin sentido, a tus pensamientos en blanco y negro y a las noche en vela buscándote a tientas. Y por más que bailo sobre la alfombra roja de mi habitación, no consigo olvidarte. Por más copas que me suplican al oído que tome, soy incapaz de sacarte de donde te he metido. Y esta vez no son armarios.


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