Póngame otra de sonrisas felices, por favor.

Hace sol. Enfundada en unos pantalones cortos y asfixiada a pesar de el vestuario veranigo, mientras escucho música a todo volumen, pienso en esa sonrisa tonta que no me deja opción. Salto, grito y meneo el trasero al ritmo de un corazón cargado de esperanza y amor, que esta vez tiene la certeza de que no se equivoca. Espero que tenga razón, pero hasta que no ocurra algo que deje claro que las cosas no son así, pienso disfrutar hasta el último segundo de esta felicidad. Y pienso hacerlo a su lado, porque le quiero. Y mucho.

                                                                                    Porque me haces sonreir.

Comentarios

Entradas populares