A solas la almohada, tú y yo.

Siempre quise despertarme en un lugar alejado de mi mente, mucho más lejos de lo que nadie podría imaginar nunca, pero a pesar de estar a más de 3000 kilómetros nada es suficiente para remitir los efectos de la memoria. Los chupitos de vozca no sirven, ni el cigarro de madrugada; nada puede evitar ya que te espíe mientras duermes a miles de kilómetros de mi cama.

"Sin duda alguna, no volveré a caer en la misma trampa; no tropezaré dos veces con la misma roca, que cada vez se hace más grande; no volveré a susurras más te quieros al oído, ni a cerrar los ojos sabiendo que me contemplas desde el lado derecho, enredado en mi pelo y mis sábanas. Pero como siempre, me gusta llevar la contraria y volveré a romper las reglas establecidas por orden de mi conciencia, esa que ahora no deja de gritar que apague, cierre y duerma"


Sin duda alguna, hoy volado más alto y lejos que nunca.

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